sábado, 17 de marzo de 2012

EL CAPRICHO DE MADONNA./ RUDY Y YO SOMOS IGUALES- HELEN LINDES.

TÍTULO: EL CAPRICHO DE MADONNA:

Hace falta más que metro ochenta y siete para llegar a tocar el cielo. Hay que ser arrebatadoramente guapo, espabilado y muy currante. Lo primero salta a la vista, lo otro es lo que van diciendo de él. «La cámara le ama. Es uno de los chicos más adorables que jamás he conocido. Es sabio, leal y buen amigo». Palabra de Tom Ford, el otro 'padre' de Jon Kortajarena (Bilbao, 1985). El que le ha inyectado el veneno del cine, para que Jon nunca deje de soñar, como un niño chico.
El diseñador y director de cine norteamericano, el que vio en el top bilbaíno a un actor en potencia, habita el Olimpo por el que este Apolo de mirada salvaje y cuerpo de diez camina gracil pero con pies de plomo. Donde a Cavalli, a Armani y a Donatella Versace se les trata de tú a tú. Y también a Madonna, aunque no sea del gremio. El último capricho de la ambición rubia ha sido fichar a Kortajarena para su videoclip 'Girl gone wild'. Él ha colgado un jugoso adelanto de 27 segundos en su cuenta de Twitter -tiene 14.425 seguidores-. Sin comentarios, que es alérgico «a los chismes».
Nos quedamos con la duda de saber si a Madonna la llevaba también pegada en la carpeta del colegio. Esa que llenaba de fotos de cantantes y modelos, como cualquier adolescente. Entre los recortes, los apuntes de geografía y de matemáticas, aunque cuando le entró el veneno de la moda no tuvo ya tiempo ni ganas para hincar codos. «Recuerdo que una vez le llamaron para ir a un casting a San Sebastián el mismo día que tenía examen de recuperación de inglés. Él quería ir a la prueba como loco y su profesora le advertía que se centrara en los estudios y se dejara de chorradas. ¡Y fíjate ahora!». En el colegio de los Escolapios de Bilbao, donde Kortajarena acabó la escuela -hizo hasta segundo de Bachiller- guardan un cariñoso recuerdo de él. «Nos encontramos una vez en Bilbao y vino a darme dos besos», cuenta una maestra.
Alguien con más ojo para la moda que sus profesoras de Escolapios se fijó en él en un evento en Barcelona al que Jon había asistido para acompañar a un amigo -tenía 18 años-. Roberto Verino le subió a la pasarela de Cibeles -hizo el primer desfile con Esther Cañadas- y de un día para otro Bilbao se le quedó pequeño. Del 'botxo' a la Gran Manzana a hacer las Américas y de ahí a cualquier rincón del mundo -pasa muchas horas de vuelo entregado a la lectura y recomienda 'Siddhartha', de Hermann Hesse, y 'Un grito al cielo', de Anne Rice-.
El sushi y Lanzarote
A sus 27 ya puede presumir -pero no es su estilo- de que le han vestido los mejores: Armani, John Galliano, Roberto Cavalli, Versace, Dolce & Gabbana... y ha sido 'partenaire' de las más guapas: Kate Moss, Irina Shayk (la novia de Cristiano Ronaldo)... -las fotos, en su web www.jonkortajarena.com- «Nada más verle supimos que era diferente. Y eso que llevaba el pelo largo y limita un poco, luego se lo cortamos y se abrieron todas las puertas», cuentan en su agencia de modelos, Sight Management.
¿Y cómo un crío feúcho del que su madre decía que era «todo boca» acaba estampado en las fachadas de los edificios de Nueva York? Pues porque «hay chicos guapos, atractivos, y luego está Jon». Dice Inés Sáinz, Miss España 1997, que su compatriota «tiene un físico increíble y fuera de lo común». Y Verónica Martín, otra Miss nacida en la cantera de Vizcaya, le ve también «mucho ángel». «Hay fotógrafos que calculan seis u ocho horas de trabajo con él y acaban en cuatro porque Jon sabe darles lo que piden. Cree en sí mismo, tiene una autoestima grande, pero no es subido», advierten en la agencia.
Le preguntaban a Kortajarena en una entrevista por su papelito en 'A single man', la película de Tom Ford, y él contaba que «Colin (Firth) y Julianne (Moore)» le trataron como a un igual. Y uno puede ver en esa forma de llamarles por el nombre de pila ciertos aires o todo lo contrario. En este caso, es lo segundo. «Cuando estrenaron la película en Madrid tuvo el detalle de pedir a la productora que me mandaran una invitación de su parte. Sigue siendo el mismo», asegura Verónica Martín.
Mantiene la cuadrilla de siempre, y no perdona un poteo por el Casco Viejo cuando viene a Bilbao, su refugio -el otro es Lanzarote-. La mañana de domingo arranca con una ronda de pintxos entre amigos por la parte vieja de la ciudad -también se lleva a su perro-. Le pierde el sushi pero, sobre todo, las croquetas que preparan en el Txiriboga, rellenas de espinacas, de carne, de verduras... y una coca cola (light) o una cervecita (con limón) para alternar. Un plan de cine. Y ahí es donde quiere acabar -o empezar-. «Se ha puesto a estudiar Arte Dramático. Es su ilusión»... Pues a seguir soñando.,etc.

TÍTULO: RUDY Y YO SOMOS IGUALES- HELEN LINDES.

Los deportistas son chicos con la cabeza muy bien amueblada», asegura Helen Lindes.
Una lasaña. Eso fue lo que- Helen Lindes-foto- cocinó en Nochevieja para la cena que ella y su chico, el baloncestista de los Nuggets Rudy Fernández, ofrecieron en su espaciosa casa de Denver a Pau Gasol y su novia, Silvia. Porque si Andy García encontraba cosas que hacer en Denver estando muerto, Helen, más viva y feliz que nunca, ha descubierto en la capital de Colorado un montón de cosas nuevas a las que dedicarse. Y la cocina es una de ellas. «Estoy hecha una cocinillas. A Rudy y a mí nos gusta comer en casa y, aunque ahora está lesionado, el día que tiene partido le preparo un almuerzo y una cena específicos, con proteínas e hidratos de carbono. También me sale muy rica la tarta de chocolate».
No es que la ex Miss España haya cambiado su apretada agenda de modelo por el papel de modélica ama de casa norteamericana años cincuenta tipo 'Revolutionary Road'. Es simplemente que ahora, a sus 30 años (cumplidos el 17 de agosto), además de seguir posando y desfilando disfruta como nunca de su relación de pareja, la mejor de todas las que ha tenido y la definitiva, según dice. «Estoy encantada con tener un novio deportista. Es un mundo apasionante. Son chicos con la cabeza muy bien amueblada», declaró Lindes a este periódico en su viaje relámpago a Barcelona para participar en el desfile de la firma nupcial La Sposa.
«Rudy y yo nos conocimos primero a distancia, a través de internet -relata Helen-. Él contactó conmigo para colaborar en una ONG. A mí su nombre me sonaba y lo 'googlée'. Entonces vi quién era, me informé... Estuvimos dos semanas chateando. Y al final coincidimos en un evento. Fue un flechazo mental antes que físico. Para cuando nos encontramos ya lo teníamos bastante claro, sabíamos que entre nosotros había una conexión muy fuerte».
«Ahora me veo mejor»
El pasado 5 de marzo se cumplieron doce años de su elección como Miss España 2000. «El tiempo ha pasado volando -reconoce-. Pero no volvería atrás ni loca. Ahora me veo mejor física y mentalmente. Las inseguridades y los miedos que tenía en esa época ya se fueron». Hija de británica y de andaluz, Helen además de ser bilingüe, posee un físico que encaja muy bien en los países anglosajones. Aunque ha vivido en Milán y en París, ahora trabaja principalmente en Nueva York y Miami. «Por mi nombre creen que soy nórdica. Lindes viene de Linden y tiene raíces suecas. Mi padre nació en Linares, y allí había una comunidad escandinava». Ella vino al mundo en Gerona, pero se crió en Lanzarote y se siente muy canaria y, como tal, «súper familiar . Hablo con mi madre todos los días -confiesa-. Me da ánimos, me mantiene los pies en el suelo. Para mí es una persona imprescindible. Yo necesito mi dosis de mamitis diaria». Por Semana Santa, la modelo planea pasar quince días en Canarias con su madre y su hermano (por parte de madre) que vive en Barcelona y fue a verla al desfile. «Rudy en esas fechas estará en un 'road trip' de su equipo y no podremos estar juntos».
En este jugador de baloncesto ha encontrado Helen Lindes su media naranja. «Lo tengo clarísimo. Es que Rudy y yo somos iguales. En todo. Nos comunicamos con una mirada. Tenemos una compenetración total, una química especial que yo no había tenido con nadie. Somos muy sensibles, orgullosos, fieles... Creo mucho en el horóscopo y él es Aries y yo Leo. Chocamos en algunas cosas, porque los dos queremos llevar la razón, pero luego somos muy empáticos. Nos ponemos en la piel de la otra persona y al cabo de un rato admitimos nuestro error. Bueno, al final casi siempre es él. Reconozco que yo soy más orgullosa y me cuesta aceptar una falta».
Lindes no pone fecha de caducidad a su estancia en Denver. «Eso lo decidirá el trabajo de Rudy. Yo soy muy camaleónica y m e amoldo a todo. Me llevo muy bien con las mujeres de otros jugadores. Nos vamos de compras, a comer sushi... ¿Casarme? De momento no. Y ser madre creo que tampoco. Bueno, es algo que tiene que surgir de los dos... Pero en principio prefiero esperar unos años. Me gustaría trabajar de modelo hasta los 35. Además, tengo a mi madre como ejemplo, y ella me tuvo con 42».


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